domingo, 1 de marzo de 2009

El Gobierno de Australia califica la tragedia de "matanza"
















SIDNEY, 10 Feb.





Los grandes incendios forestales que se declararon el pasado sábado en los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur están arrasando miles de hectáreas y destruyendo cientos de hogares. Más de 210 personas han perdido la vida y hay cientos de desaparecidos mientras las autoridades movilizan a todas sus fuerzas para ayudar en las labores de rescate y extinción, aunque el primer ministro ya ha advertido de que el balance negativo no va a hacer sino empeorar.
Las altas temperaturas y la sequía han originado una serie de incendios que están arrasando los bosques de matorral del sureste del país, pero las autoridades ya dan por hecho de que algunos de los focos fueron provocados y ya están buscando a los culpables. "No hay palabras para describir esto excepto que estamos ante una matanza", dijo el primer ministro australiano, Kevin Rudd.
En el estado más afectado por el fuego, Victoria, las llamas ya han quemado más de 330.000 hectáreas de bosque bajo. Esta noche, hora local australiana, continuaban activos casi 30 incendios. Más de 700 hogares han quedado destruidos, el balance de muertos no deja de aumentar y hay cientos de personas desaparecidas.
A la vista de las cifras, estos grandes incendios forestales que asolan Australia se han convertido ya en el peor desastre natural del país en más de un siglo, por encima de los trágicos fuegos del 'Miércoles de Ceniza' que se cobraron la vida de 75 personas en 1983, y supondrán un elemento de presión sobre Rudd para que ponga en marcha una nueva política medioambiental.
Las escenas de la tragedia se repiten en todo el estado de Victoria y en algunos lugares de Nueva Gales del Sur. Mark Sweeney, comandante del Grupo de Servicios Forenses de esta región, aseguró que sus subordinados se han encontrado con escenas de una devastación "inexplicable".
"He visto informes esta mañana del equipo que está en Victoria en los que describen la escena como espantosa y entre ellos hay una insoportable sensación de desastre. Este equipo en particular estaba trabajando en Gippsland Este, donde se encontraron con muchas personas muertas, hasta 19, en un solo rastreo", explicó.
Muchas personas murieron en sus automóviles cuando trataban de huir de las llamas y otros fallecieron acurrucados en sus casas. Algunos consiguieron escapar refugiándose en piscinas o granjas. "Esto va a parecer como Hiroshima. Va a parecer una bomba nuclear. Hay animales muertos en toda la carretera", señaló un testigo a los medios locales.
Una gran mayoría de las personas que han logrado sobrevivir y están ingresadas en hospitales presentan quemaduras en más del 30 por ciento de su cuerpo y algunos tienen heridas peores que las víctimas de los atentados de Bali en 2002, afirmó un médico en un departamento de emergencias.
BÚSQUEDA DE LOS PIRÓMANOS
La Policía australiana expresó sus sospechas casi desde el comienzo de la tragedia de que algunos de los incendios habían sido provocados, por lo que hoy anunció que todas las zonas devastadas serán consideradas escenario de un crimen en caso de que se detenga a algún sospechoso.
"Nuestros expertos en incendios y nuestros propios investigadores han sugerido que la forma en que ocurrió, lo rápido que ocurrió, es una buena prueba para creer que fue provocado", indicó la oficial de Policía de Victoria Christine Nixon.
A este respecto, el primer ministro australiano, Kevin Rudd, quien hoy permanece en este estado visitando las zonas afectadas por los grandes incendios, opinó que provocar el fuego que ya ha causado la muerte de unas 170 personas y ha destruido más de 700 hogares no puede considerarse de otra manera que como un "crimen masivo".
Ayer, las autoridades ya detuvieron a un hombre de 31 años por provocar presuntamente uno de los incendios forestales que permanecen activos en el estado de Nueva Gales del Sur. El juez le ha denegado la libertad bajo fianza y estaba previsto que hoy compareciera ante el tribunal.
Rudd recordó que Australia se había llegado a acostumbrar a los desastres que afectaban a compatriotas en el extranjero, como los atentados de Bali, que causaron la muerte de más de 80 australianos, pero remarcó que ahora la tragedia ha impactado a gran escala en su propio territorio.
El ministro principal de Victoria, John Brumby, se mostró igual de pesimista a la luz de las nuevas cifras, por lo que advirtió de que la situación empeorará más antes de comenzar a mejorar por la cantidad de fuegos que no han podido ser controlados. "Se está realizando un gran esfuerzo para tenerlos bajo control", señaló.
INVESTIGACIÓN E IDENTIFICACIÓN DE VÍCTIMAS
En este sentido, el jefe de Gobierno avisó de que para finales de esta semana la cifra de muertos se habrá incrementado aún más, y también anunció la creación de una comisión de investigación que abordará de forma amplia todas las circunstancias que rodearon a las causas y los efectos de los incendios, pero también se centrará en hacer una revisión de las políticas gubernamentales contra el fuego.
Un grupo de expertos abordará de forma amplia y exhaustiva, según el Ejecutivo, todas las circunstancias que rodearon las causas y los efectos de los incendios, pero también se centrará en hacer una revisión de las políticas gubernamentales contra el fuego. "No quedará ninguna piedra por levantar", subrayó Brumby.
Además del tiempo que llevará extinguir las llamas, las autoridades ya se han preparado para el largo proceso de identificación de las víctimas. La Policía advirtió hoy de que llevará semanas identificarlas a todas. Decenas de forenses están trabajando en las zonas afectadas utilizando pruebas de ADN, informes médicos y fotografías para identificar los cadáveres.
Para echar una mano, casi 80 expertos de las fuerzas policiales de todo el territorio australiano se desplazarán al estado de Victoria para comenzar con este trabajo, para el que se ha solicitado la ayuda de los familiares que crean que han perdido a un ser querido. "Si tienen fotos, descripciones o cualquier cosa como joyería, y también si tienen informes. También si tienen una cicatriz o si les han operado alguna vez. Cualquier información es de gran ayuda", explicaron las autoridades.
En muchas comunidades, como en Marysville (Victoria), ya se puede ver a los vecinos trabajando juntos para intentar recuperar lo poco que les han dejado las llamas. Según uno de los coordinadores de la ayuda, "es un momento duro, pero se ve a toda la comunidad trabajando junta y eso es algo maravilloso".
INUNDACIONES EN EL NORTE
Y mientras el fuego devora el sur de Australia, en el norte el problema es el exceso de agua. Desde hace diez días, las lluvias torrenciales han dejado decenas de poblaciones completamente anegadas en el estado de Queensland. Un hombre ha muerto y hay otras tres personas están desaparecidas, entre ellas un niño que podría haber sido devorado por un cocodrilo.
El sesenta por ciento del territorio de Queensland ha sido declarado zona catastrófica y el Ejército ya ha empezado a distribuir alimentos entre los ciudadanos afectados que lo han perdido todo por las inundaciones.
Esta tarde (hora local australiana) ha sido encontrado el cadáver de un hombre de 34 años en el norte del estado. Al parecer, su coche fue arrastrado por las aguas, según informa la emisora local ABC News.
Además, las autoridades de Queensland buscan a un niño de cinco años, del que se teme que podría haber fallecido al haber sido atacado el pasado sábado por un cocodrilo que llegó hasta el jardín de su casa por la crecida de las aguas del río Daintree.

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